24 de mayo,Domingo VI de Pascua
En un tiempo marcado por la incertidumbre, por los conflictos de todo tipo y por el miedo, muchas personas buscan un punto firme donde sostenerse. Así nos encontramos. con el corazón inquieto y el ánimo frágil, y brota el deseo de una paz que no sea superficial ni pasajera.
El Evangelio nos recuerda que hay una paz profunda, una presencia que no abandona y una palabra que permanece. No todo se comprende de inmediato, pero el Espíritu nos enseña y acompaña. Frente a los temores, se nos ofrece una confianza que no depende de las circunstancias, sino de un vínculo que da sentido.
Busquemos lo que nos ayuda a vivir en mayor verdad, aunque no siempre entendamos del todo. Tratemos de sobreponernos al ruido y escuchar esa voz honda que habita y transforma. Que seamos capaces de vivir con el corazón en calma, incluso cuando el mundo no lo esté. Feliz domingo.
