23 de mayo, Sábado V de Pascua. Nuestra Señora de la Strada
Vivimos tiempos donde posicionarse con honestidad, defender causas justas o ir contracorriente puede despertar burlas, rechazo o sospechas. En redes, en la universidad, incluso en los círculos más cercanos, lo diferente a menudo incomoda. Ser fieles a ciertos valores implica asumir un cierto coste.
El Evangelio nos recuerda que hay un tipo de elección que no busca privilegios, sino fidelidad. Ser elegidos «fuera del mundo» no es evasión, sino compromiso con una verdad más honda, aunque duela. La incomprensión no desautoriza la causa, sino que confirma su autenticidad.
Acojamos, pues, la tarea de vivir con coherencia, aunque no siempre sea comprendida. Permitámonos ser presencia lúcida y valiente en medio de las sombras. Que nuestra manera de estar en el mundo ilumine más de lo que incomoda.
