27 de abril, Domingo II de Pascua
Hay quien diría que vivimos en un mundo que quiere cerrar las puertas a través del miedo. El miedo nos encierra en nosotros y nos hace temer a todo lo distinto y a los distintos. Es una actitud de repliegue ante lo que tiene que venir.
Jesús trae la paz, la alegría y el sentido. El resucitado conecta con la experiencia de fe de los discípulos y la aparición se convierte en un momento de elección entre creer o no creer, es decir en seguir el Evangelio o no seguirlo.
Necesitamos acabar con los miedos que nos encierran como sociedad. Necesitamos derribar las puertas que nos impiden ir a la cultura del encuentro entre diferentes. Necesitamos elegir si quedarnos a oscuras en casa o salir a la luz. Feliz domingo.
