26 de abril, Sábado de la Octava de Pascua
En un mundo donde las noticias negativas copan titulares y redes, creer en la esperanza resulta un verdadero desafío. En este contexto, la incredulidad parece más cómoda y es así que las resistencias se convierten en comodidad.
El Evangelio nos recuerda que el Resucitado no se cansa de salir a nuestro encuentro, aunque nos resistamos. Jesús transforma nuestra desconfianza en misión: anunciar a toda criatura la victoria de la vida sobre la muerte.
Asumamos con gozo el envío de ser portadores de la buena noticia en medio del mundo. Convertirnos en testigos que han vencido la resistencia a creer nos puede ayudar a vivir más sueltos y ligeros, es decir, más libres. Feliz sábado.
