Aprendiendo a hablar el lenguaje de la innovación: reflexiones con José Luis Larrea

Por Jon Mikel Zabala-Iturriagagoitia @jonmizabala, Deusto Business School, University of Deusto, Donostia-San Sebastian

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El curso 2018-2019 ya ha comenzado, y con él el taller del Nuevo Lenguaje de la Innovación para los iNNoVaNDeRS 14G. Pero… ¿alguien sabe dónde se origina este taller? ¿A qué se debe el nombre de Nuevo Lenguaje de la Innovación? Para aclarar estas y otras preguntas hemos invitado a uno de los padres de iNNoVaNDiS, el Dr. José Luis Larrea. ¡Cuidado! No os confundáis con Juan Luis Larrea.

Poder contar con la presencia de una persona de la talla de José Luis es siempre un placer, y un lujo. No se tiene todos los días la oportunidad de poder escuchar a una persona con un recorrido tan extenso y tan vinculado con la innovación. Y con iNNoVaNDiS. Da igual las veces que le hayas escuchado hablar a José Luis, siempre aprendes algo nuevo. Milesker doctor Larrea!!!

En este post queremos compartir con todas las personas que siguen el blog de iNNoVaNDis algunos de los aprendizajes de la última de estas sesiones que mantuvimos con José Luis, el pasado 17 de septiembre de 2018.

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Como ya hemos indicado en anteriores posts y vlogs el principal objetivo del taller del Nuevo Lenguaje de la Innovación es el de trabajar el RIGOR. Y es que tal y como reflexionaba José Luis, es importante que cuando usamos ciertas palabras seamos conscientes de su significado. Es necesario llenar de contenido las palabras, y para ello es necesario comunicar y argumentar lo que entendemos nosotros por conceptos que a menudo resultan manipulados, como la Innovación. Debemos asociar la reflexión con la acción. Y de ahí el origen del nombre del taller: Nuevo Lenguaje de la Innovación. El lenguaje resulta fundamental porque condiciona la realidad. El valor de las palabras está en lo que dicen, pero también en lo que se hace con dichos significados. Por ello, para que podamos actuar en pos de la innovación, es necesario construir un lenguaje común, como sociedad, definir cómo nosotrxs (como persona, empresa, o país) nos vamos a aproximar la innovación, definir nuestra esencia. Y cómo no, como el contexto en el que vivimos cambia, debemos revisitar dicha aproximación, pero siempre desde la base de unos valores.

Al ser preguntado por un diagnóstico de la innovación en Euskadi, José Luis concluía que estamos en una cultura de innovación sobrevenida (la innovación por suceso), de ahí que palabras como resiliencia cada vez sean empleadas cada vez con mayor frecuencia y asiduidad. Pero aquellas personas, empresas y territorios caracterizados como innovadores son aquellos que tienen una verdadera cultura de innovación anticipada, o intencionada (la innovación por proceso). En este sentido, José Luis apuntaba a que debemos tener cuidado con la trampa de la inercia activa de Donald Sull. Y es que cuando las cosas nos van bien, el incentivo que tenemos para cambiar es nulo. Sin embargo, debemos tener muy presente que todo aquello que te lleva al éxito, si no lo renuevas, acaba explicando tu fracaso. Es por lo tanto necesario que seamos capaces de cambiar cuando nos va bien, a pesar de que tomar este tipo de decisiones sea bien complicado.

En este sentido, a menudo, tratamos de defender nuestra incapacidad para actuar en las burocracias instaladas, principalmente en las administraciones públicas, en las políticas, y en la ausencia de incentivos para innovar y cambiar. Sin embargo, no debemos olvidar que la burocracia, entendida como excesiva rigidez, no sólo se encuentra en las estructuras de poder que actúan en defensa del status quo, sino que también está presente en la empresa privada y en nuestras respectivas vidas personales. Debemos por tanto buscar las razones de nuestra parálisis en nuestra propia identidad (personal, empresarial, territorial) en lugar de tratar de buscar culpables fuera. Debatíamos con los iNNoVaNDeRS acerca de la importancia y del valor de preguntarse “¿por qué?”. ¿Por qué estoy haciendo este proyecto? ¿Por qué sigo trabajando aquí? ¿Por qué sigo relacionándome con estas personas? La respuesta a estas preguntas requiere de una profunda reflexión. En ocasiones la respuesta vendrá de manera natural, pero en otras ocasiones muy probablemente nos incomode ser conscientes de que lo que estamos haciendo no es verdaderamente lo que queremos hacer. Pero ahí radica su valor, en que la reflexión nos debería llevar a la acción.

Apuntaba José Luis, citando a Carlo Cipolla que son tres las leyes fundamentales de la estupidez humana: la estupidez humana, la superficialidad, y la ambición desmedida. Y es ahí donde el taller del Nuevo Lenguaje de la Innovación pretende aportar su granito de arena para paliar dichas fuerzas motoras. Para ello, es importante ganar conciencia de que la persona emprendedora es aquella que emprende, pero EMPRENDE PORQUE APRENDE. Este mismo mensaje de Jose Luis también es compartido por Nicolas Carr entre otros.

Y es que es cierto que las oportunidades, para aprender, para emprender, para innovar, etc. existen, están ahí, y en esta sociedad de la información, están al alcance de cualquiera. Pero… hay que ir a por ellas, y para eso hay que arriesgarse, porque hay que tomar decisiones. En la historia de la humanidad siempre se ha creído que las nuevas generaciones no tienen “hambre”, que están acomodadas y que como se les ha dado todo hecho no saben hacer nada. ¿Probablemente os suene, verdad? Sin embargo, esta creencia es falsa. Lo que sí es cierto es que en muchas ocasiones, las nuevas generaciones no pueden dar el paso adelante, porque no se les da la oportunidad, o como diría nuestro amigo Martín “no se les da bola”. Paradojas de la vida: estamos en un entorno en el que hay más oportunidades de nunca, sobre todo para las nuevas generaciones, y sin embargo, a éstas no se les da la oportunidad para que exploren y exploten dichas oportunidades.

José Luis apuntaba como a él lo nombraron consejero de hacienda del Gobierno Vasco cuando tenía… 34 años!!! Cuando hablas con aquellas generaciones que contribuyeron a construir y a reconstruir este país tras la dictadura no resulta difícil encontrarse con personas que en su treintena fueron nombrados vicerrectores de Universidad, o gerentes de empresa. Personas a las que se les dio la posibilidad de decidir, y de transformar la realidad en la que vivían a través de sus reflexiones, de sus decisiones, y de sus acciones. Decía Max Planck, para evidenciar esta dificultad en ceder la capacidad de decisión a las nuevas generaciones, que es cierto que la ciencia avanza, pero que sólo avanza de funeral en funeral (i.e. science advances one funeral at a time), es decir cuando se mueren los grandes científicos, y en su ausencia, son otros los que se ven obligados a tomar las riendas de los grupos de investigación.

Fuente: www.pacojariego.me

Fuente: www.pacojariego.me

José Luis apuntaba que estamos pasando, de manera muy rápida, de un paradigma espacial, propietario y jerárquico a un paradigma relacional, y esto tiene unas implicaciones directas tanto en el ámbito empresarial como en el político, en los modelos de negocio, y en las políticas a abordar en el presente para vivir en el futuro. Este paradigma relacional ya está aquí, y sin embargo, no lo estamos asimilando, ni estamos siendo capaces de poder adaptarnos a él. Internet y la telefonía móvil han cambiado nuestras vidas, la forma en la que vivimos y la forma en la que nos relacionamos. Y el Internet de las cosas lo cambiará aún más, en maneras que no somos capaces de, si quiera, imaginar. Porque además de la revolución que se avecina en Internet, están ocurriendo otras revoluciones en el ámbito de la salud, de la nanociencia, de la biología, de la química y de la alimentación.

En este sentido, José Luis criticaba cómo a menudo, cuando se quiere hablar de innovación, cuando se habla de estrategias de futuro, se reúne a consejeros de grandes empresas y a personas de mucha experiencia, pero, ¿y dónde están las nuevas generaciones? José Luis aboga por establecer una “cuota juvenil” tanto en los consejos de administración de las empresas como en los órganos de gobierno de las administraciones públicas, porque resulta muy difícil que personas de cierta edad puedan visualizar y prever cómo serán las sociedades del futuro y poder tomar decisiones en el presente en consecuencia. Las nuevas generaciones deben salir a torear, y no a ver los toros desde la barrera. Y esta también debe ser nuestra responsabilidad.

Puedes seguirme en Twitter: @jonmizabala

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2 Respuestas

  1. slope game dice:

    Gracias por compartir el artículo titulado Aprender a hablar el lenguaje de la innovación: reflexiones con José Luis Larrea

  1. 20 diciembre, 2018

    […] de iNNoVaNDiS las actividades que hemos realizado con lxs iNNoVaNDeRS 14G dentro del taller del Nuevo Lenguaje de la Innovación durante este primer cuatrimestre del curso académico 2018/2019. El Nuevo Lenguaje de la […]

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