El plagio sale muy barato
Por Jon Mikel Zabala-Iturriagagoitia @jonmizabala, Deusto Business School, University of Deusto, Donostia-San Sebastian
En más de una ocasión hemos hablado en el blog de iNNoVaNDiS acerca de las características de los procesos de innovación, y de las consecuencias de los mismos, en los grandes grupos de Internet (puedes leer previos posts aquí, aquí y aquí). Cuando hablamos de los GAFAS (Google, Apple, Facebook, Amazon, Samsung, etc.), normalmente sólo nos centramos en destacar la “radicalidad” de sus innovaciones, la velocidad a la que son capaces de desarrollar las mismas (i.e. tasa de rotación), la gran cantidad de usuarios (i.e. clientes) que son capaces de generar, etc. Sin embargo, a menudo dejamos pasar por alto el uso que dichos grupos empresariales hacen, o quieren hacer, de los datos que adquieren a través de los millones de usuarios que utilizan sus productos/servicios, así como de las estrategias que dichos grupos emplean para conseguir tales fines.
En este sentido, los GAFAS son sin duda los grupos empresariales que más patentan a escala mundial (i.e. puedes ver algunos ejemplos sobre ello aquí). La gran cantidad de científicxs, ingenierxs y abogadxs de patentes a los que emplean justifican dichos resultados. Sin embargo, son estos mismos grupos los que también violan con mayor asiduidad los derechos de propiedad industrial de otros. A esto se le ha venido a llamar en ocasiones como la “guerra de las patentes”. La guerra de patentes consiste en la enorme cantidad de litigios legales a los que se enfrentan las empresas, bien para atacar las patentes de otros o para defender las suyas propias de los ataques de otros. Algunos ejemplos de las batallas legales que se “juegan” entre los GAFAS los podemos ver en la imagen de abajo.
El último ejemplo de dicha batalla legal lo vivimos hace breves fechas, exactamente el pasado 1 de octubre de 2017, cuando se hizo firme la sentencia según la cual Apple debe pagar 439.7 millones de dólares por plagio de patentes a la empresa VirnetX por el plagio de las patentes que vinculaban a iMessage con FaceTime. No es la primera vez en la que Apple es penalizada por algún tribunal de justicia por haber violado alguna de las patentes de otras empresas. Probablemente el ejemplo más llamativo haya sido el de la batalla legal entre Apple y Samsung de Agosto de 2012 por el díselo de los iPhone y de los Samsung Galaxy. Pero hay otros muchos ejemplos en los que los de Cupertino han estado implicados con empresas como Nokia, Personal audio o W3C.
La primera de las consecuencias de este tipo de litigios es sin duda el económico. Pero más allá de la cantidad económica, nada desdeñable, a la que la empresa penalizada debe hacer frente, debemos tener en cuenta otro tipo de factores que a su vez inciden sobre la rentabilidad económica de Apple (en este caso en concreto), que a fin de cuentas, es lo que influye sobre las decisiones de los inversores. Si queremos hacer uso del RIGOR al que tanta importancia le damos en iNNoVaNDiS, debemos remontarnos un poco atrás en el tiempo y conocer la historia que hay detrás de la batalla entre Apple y VirnetX. Y es que no es la primera vez en la que Apple ha sido penalizada por violar las patentes de dicha empresa, ya que en el año 2012 tuvo que hacer frente a un importe muy similar por haber violado otras patentes.
Es indudable que el hecho de tener que abonar 440 millones de dólares puede generar un impacto negativo sobre la actividad de cualquier empresa. ¿O no? ¿Suponen 440 millones de dólares una penalización financiera lo suficientemente importante para una empresa como Apple por haber violado la ley de patentes norteamericana? Para responder a esta pregunta necesitaríamos saber a cuánto ascienden los ingresos que ha tenido Apple desde el año 2012 derivados del servicio de su servicio de mensajería instantánea iMessage, lo cual naturalmente no conocemos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que los ingresos anuales de Apple han rondado los 200000 millones de dólares anuales desde el año 2013, la cantidad de 440 millones de dólares no parece ser tan elevada.
¿Es rentable plagiar? El caso de Apple no es el único que hace que nos planteemos esta pregunta. Google y la multa de 2.42 billones de euros impuesta por la Comisión Europea suponen otro caso a estudiar. Pero si estas multas supusieran verdaderamente un “castigo” ejemplarizante para estas empresas, por qué entonces estos grupos no modifican sus prácticas empresariales de manera considerable? ¿Por qué siguen siendo penalizados de manera sistemática por organismos que velan por la competencia, tanto en EEUU como en Europa?
El debate está servido, y se me antoja que el debate será más largo que un partido de fútbol entre el equipo de Oliver Atom y el de Mark Lenders. Mientras tanto, para poder evitar que cosas como estas nos ocurran a nosotros también, seguiré insistiendo a los alumnos de iNNoVaNDiS sobre la importancia que tiene el hacer uso del conocimiento de otros para mejorar el propio, siempre y cuando demos crédito a los correspondientes autores citando las fuentes de sus trabajos.
Puedes seguirme en Twitter: @jonmizabala
A mi me parece que lo ideal es siempre dejar clara la fuente