«Tenemos que darlo todo para conseguir grandes cambios en la sociedad»
Por Programa ExE
Javier Miguel se graduó en 2014 en Administración y Dirección de Empresas y obtuvo un Título Propio en Innovación y Emprendimiento en la Universidad de Deusto (iNNoVaNDiS), campus de Donostia-San Sebastián.
Comenzó su experiencia profesional participando en el Programa ExE. Durante el primer año del programa, compaginó formación en liderazgo con el reto de dar clases como profesor de Ciencias Sociales en el colegio Artabe (Otxarkoaga), uno de los centros educativos con mayor índice de fracaso escolar en Bizkaia. Tras una breve pero intensa experiencia de dos meses trabajando como profesor en el colegio Riverside School de India, hoy en día emprende proyectos educativos desde la Fundación Loyolanet y, además, es el coordinador de actividades para escolares en el colegio San Ignacio de Donostia-San Sebastián.
El paso por el programa le ha proporcionado una gran capacidad de gestión de personas de incertidumbre la cual es totalmente necesaria en los tiempos de cambio en los que vivimos.
¿Por qué decidiste ser participante del Programa ExE?
Desde siempre he pensado que la educación es el motor del cambio. Cuando vi un cartel en la universidad invitándonos a dar clases en entornos vulnerables dije “¡ésta es la mía!” Así, me puse en contacto con Empieza por Educar, entendí bien el programa, y decidí presentarme al proceso de selección.
Desde que empezaste el Programa hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado tu forma de ver que el cambio educativo es posible?
La verdad es que al principio te sientes muy pequeño, observas todas las necesidades de cambio, los agentes que participan en este terreno de juego, los problemas de nuestros alumnos y del propio sistema y te sientes muy insignificante. Muchas veces pensaba: “¿Y por qué no hace nada la mayoría de las personas que me encuentro a mi alrededor?”.
Cuando pasan los meses, te vas dando cuenta de que con pequeñas acciones pueden generarse grandes cambios y más en estos entornos. Siempre tuve en mente la frase “nosotros a lo nuestro”. Si te dejas llevar por la marea, acabas en tierra de nadie por lo que entendí que, o hago yo algo, o este sistema no va a cambiar. Y así fue. Día a día, problemilla tras problemilla, fuimos, mis compañeros y compañeras de Empieza por Educar y yo, haciendo pequeñas cosas a favor del cambio educativo.
Al principio nadie creía en nosotros, “uy, no sabéis a dónde habéis venido”, “aquí no funciona nada” o “vosotros mismos, ya veréis…” eran comentarios de lo más común los primeros meses… Pero con el tiempo, nuestros compañeros de centro fueron viendo pequeños resultados y avances en nuestros alumnos. Algunos fueron inspirándose con nuestra manera de hacer y acabaron involucrándose en la Ola que comenzábamos a generar.
En definitiva, podría decir que cada uno puede cambiar lo que está a su alrededor y que poco a poco, día a día, partido a partido, tenemos que darlo todo para conseguir grandes cambios.
¿Cuál fue tu mayor reto como participante?
El mayor reto fue enfrentarnos a alumnos con muchísimos problemas que afectaban directamente a su rendimiento académico. Alumnos que no tenían ninguna aspiración en sus vidas y que lo daban todo por perdido. Tampoco fue fácil comenzar a trabajar con profesores que ya no ven la luz al final del túnel, en lugar de tratar de hacer algo por alumbrar sus puestos de trabajo.
Cuéntanos un éxito que consiguieras desde que empezaste el Programa ExE.
Yo creo que compartí con mi compañero de centro gran alegría y satisfacción cuando a los tres meses de comenzar en el centro, una profesora de alumnos de educación complementaria comenzó a preguntarnos sobre el Tracker, una herramienta de seguimiento de nuestros alumnos. Y más cuando a los días vimos en su clase un Tracker diseñado por sus propios alumnos.
No hay nada que te motive más que alguien que te diga que realmente lo que estábamos haciendo estaba dando resultados y que tendrían que ser más quienes aplicasen estas metodologías. Ella fue la primera que se sumó al carro y fue, como quien dice, la persona que fue involucrando a más profesores hacia el cambio.
¿Qué o quién resultó imprescindible en tu día a día como participante?
Por un lado, mi compañero Alvaro. Como he dicho, todos los días nos encontrábamos problemas diferentes y poco a poco, con ayuda mutua, fuimos dando soluciones creativas a todo lo que se plantaba delante de nosotros. “Uno más uno son siete” decía Fran Perea en su canción. No éramos siete, pero sí más de dos.
Por otro lado, nuestra tutora. Ella nos hacía muchas preguntas que nos abrían la mirada. Nos hacía ver las cosas desde otra perspectiva, lo cual ayudó a generar acciones creativas para dar solución a las necesidades que íbamos encontrando en nuestro camino. Además, ella más que nosotros creía que podíamos, e íbamos a conseguir grandes éxitos, por lo que su motivación fue algo de agradecer también.
¿Qué quieres para los/las niños/niñas de Euskadi en 5 años?
Personalmente, me gustaría que se convirtieran en personitas más críticas, más creativas y más éticas. Menos libro y mas aprendizaje en acción.
¿Qué le dirías a alguien que se está planteando ser participante del Programa ExE?
En primer lugar, les diría que si realmente creen que el cambio es posible, éste es su lugar. En segundo lugar, que no tengan miedo, que hagan caso a su corazón y que no se dejen frenar por las priedras que encontrarán en su camino. Y en tercer lugar, les citaría las tres ‘Ps’ que me han ayudado a mi siempre: Perseverancia, Persistencia y Pasión.
¿Crees que te aporta el Programa ExE a sus participantes?
El programa ExE aporta un desarrollo tanto personal como profesional bestial. Creo que somos muy afortunados de poder pasar dos años de nuestra vida en estos entornos y poder entender las necesidades de nuestra sociedad y hacer algo para tratar de dejar el día de mañana un mundo mejor que el que encontramos. Además, el trampolín que supone el programa hacia nuestro futuro es algo que fuertemente tengo que agradecer a todo el equipo del programa.
¿Cuál es tu rol ahora en la lucha contra las desigualdades educativas? Cuéntanos qué proyectos, iniciativas o actividades estás llevando a cabo actualmente.
Hoy en día trabajo en la Fundación Loyolanet en la que estamos a punto de finalizar el desarrollo de una plataforma para desarrollar y entrenar actitudes y competencias emprendedoras. También estoy comenzando a desarrollar un proyecto que tiene como pilar el visual thinking, metodología que dio resultados con mis alumnos, con el cual me gustaría transformas la manera de dar clase en el siglo XXI.
Soñemos por un momento, si pudieras hacer cualquier cosa para mejorar la educación, ¿cuál sería tu gran meta?
Conseguir que no hubiera abandono escolar es mi sueño. Para ello no solo necesitamos impactar en nuestros alumnos, sino en todos los agentes del sistema educativo.
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