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El MIT creará una facultad de Inteligencia Artificial

Dos noticias de estos últimos días han llamado mi atención. Por un lado, hemos sabido que en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) la asignatura con mayor número de estudiantes, a pesar de ser optativa, vuelve a ser Machine Learning. Los estudiantes provienen de 23 diferentes especializaciones (fiel a la tradición americana de elección de asignaturas a lo largo de la carrera de especialización).  Aquí el tweet que lo cuenta:

Por otro lado, y de bastante más envergadura, el MIT anuncia que va a crear una nueva facultad para trabajar la Inteligencia Artificial (IA). Un total de 1.000 millones de dólares serán invertidos. Tiene sentido que sea el MIT nuevamente, que ya tuvo mucho que ver en el nacimiento de esta disciplina que trata de desarrollar métodos que aprendan del comportamiento de los datos para luego poder generalizar. Es ya la mayor inversión realizada hasta la fecha por una institución académica en el campo de la IA.

MIT has just announced a 1 billion plan to create a new college for AI MIT Technology Review
MIT has just announced a 1 billion plan to create a new college for AI (Fuente: MIT Technology Review)

Como se puede leer en la noticia, el MIT está diseñando la facultad mezclando inteligencia artificial, machine learning (métodos de aprendizaje sobre datos) y la propia ciencia de datos. Pero, no se quedará ahí, dado que pretende mezclarlo con otras áreas de conocimiento. Me han resultado especialmente reveladoras las palabras pronunciadas por el Rector del MIT, Rafael Reif, al hacer el anuncio:

“Computing is no longer the domain of the experts alone,”

“It’s everywhere, and it needs to be understood and mastered by almost everyone.”

De nuevo, la misma idea expresada anteriormente: los datos están transformando el mundo y sus diferentes contextos, por lo que se vuelve necesario conocer las principales técnicas para poder hacer uso de la capacidad organizativa, transformadora y de soporte que traen los métodos de gestión basados en modelos analíticos. Como dice el Rector, no es un campo propio solo de la ingeniería o la informática, sino que empieza llegar a nuevos terrenos. La inteligencia artificial, con la llegada de los grandes volúmenes de datos, ha vuelto a escena para transformar el mundo.

Otro de los aspectos reseñables de este anuncio es que introducirán la ética en sus programas de estudio. Entender el potencial impacto que tienen estos modelos inteligentes sobre los diferentes planos de la sociedad es importante. Especialmente, para los que adquirirán esas capacidades de transformación. No solo en política, sino en salud, educación, servicios sociales, etc., puede tener un impacto donde la ética no quede bien parada si no queda explícitamente reflejada. Los humanos creamos la tecnología, por lo que debemos enseñar que a la hora de hacerlo, nuestros sesgos y prejuicios debemos dejarlos de lado y hacer tecnología neutra o bien compensada.

Esto último ha vuelto a salir a escena estos días con la noticia en la que conocíamos que el algoritmo que Amazon usaba para seleccionar a sus trabajadores y trabajadoras discriminaba a las mujeres. Tarde, pero Amazon ya ha prescindido de él. Este lamentable hecho), no pensemos que existe sólo contra las mujeres y en el contexto laboral. Se pueden dar en cualquier espacio que tenga esos sesgos en el mundo real, como bien explicaba este artículo de Bloomberg.

Hace unos meses escribí un artículo sobre los movimientos que se estaban dando en diferentes países para el diseño y la creación de Ministerios de Inteligencia Artificial.  Vemos como otro de los agentes sociales más relevantes para entender las consecuencias de las máquinas inteligentes, las universidades, también se están moviendo. Es interesante seguir esta tendencia para saber hasta dónde podremos llegar. ¿Veremos estas tendencias pronto por Europa?

Como dije en ese artículo:

La intencionalidad del ser humano es inherente a lo que hacemos. Actuamos en base a incentivos y deseos. Disponer de tecnologías que permiten hacer de manera automatizada un razonamiento como sujetos morales (simulando a un humano), sin que esto esté de alguna manera regulado, al menos, genera dudas. Máxime, cuando las reglas que gobiernan esos razonamientos, no las conocemos.

Las ciudades en el Siglo XXI: conectividad y datos

En este humilde blog, ya hemos hablado con anterioridad de las ciudades inteligentes. Lo hicimos para referirnos al cruce entre las ciudades y el Big Data y cómo se puede contribuir mutuamente (en este artículo), y también, para hablar del caso particular de Bilbao, que ha apostado mucho -y sigue haciéndolo- por las soluciones inteligentes basadas en el análisis de datos (en este otro artículo).

Pero no está todo escrito. Es más, es un campo, donde se sigue recibiendo mucha inversión, y donde sigue habiendo mucho interés por muchos agentes en ver las posibilidades que abre. De hecho, en el pasado foro Smart City World Expo de Barcelona, se mostraron muchas soluciones que se están llevando a cabo por el mundo para hacer de las ciudades un mejor lugar para vivir. Hay que considerar que la tecnología tiene siempre mucho que aportar allí donde hay retos humanos y sociales. La tecnología extiende el esfuerzo humano, lo complementa, y lo ayuda. Y un ente que va a tener muchos retos va a ser la ciudad, cuando se espera que en 2050 hasta un 75% de la población mundial viva en zonas urbanas. Ahora mismo, también ya estamos en una era de las megaciudades.

La era de las megaciudades (Fuente: http://www.un.org/en/development/desa/population/images/events/other/aWorldOfCities.jpg)
La era de las megaciudades (Fuente: http://www.un.org/en/development/desa/population/images/events/other/aWorldOfCities.jpg)

Carlo Ratti, un investigador del MIT en el Departamento de Estudios Urbanos y Planificación, suele referirse a estos retos y a estas soluciones que las ciudades necesitan apoyándose en un símil con la Fórmula 1. Quizás hayan visto recientemente la película Rush. En ella, se puede disfrutar del espectacular duelo que tuvieron Niki Lauda y James Hunt. Una Fórmula 1, donde todavía no había sensores en todas las esquinas, la telematría no jugaba el papel que desempeña hoy, y en el que el coche y el piloto lo era todo. Pero, hoy en día, las ventajas competitivas, además del coche y el piloto, lo de la infraestructura de procesamiento y la recogida de datos (información en tiempo real del estado de la pista, el viento, condiciones del vehículo, etc.).

Siguiendo con el símil, nos vamos de las pistas de la Fórmula 1 a las ciudades. Estamos hablando de zonas urbanas que si las dotamos de sensores -recogida de datos- y de elementos de conectividad -adquieren capacidad de comunicar el estado de las cuestiones: clima, equipamiento, etc.-se podrán gestionar de manera más eficiente los servicios. Éste, debe ser el fin de disponer de una ciudad completamente sensorizada y conectada. Poner en valor los datos transformando los modelos de prestación de servicios a los ciudadanos hacia un mundo en el que el dato se convierte en palanca de ventaja competitiva para su bienestar.

¿Y qué se está haciendo en el mundo en relación a esto? Muchas cosas. Los datos y la conectividad son los protagonistas ya en muchos sitios. Desde cruces inteligentes que reducirían no solo los tiempos de espera en semáforos o rondas,  microbuses sin conductor en Países Bajos, Singapur o California, drones con aplicaciones para colaborar en situaciones de emergencia médicas, etc. Son solo algunos de los ejemplos donde los datos fluyen, hasta situarse en el centro de la gestión de una ciudad.

Una ciudad inteligente con datos y conectividad (Fuente: http://www.bigdatacompanies.com/wp-content/uploads/sites/8/2013/05/Smarter-Cities.jpg)
Una ciudad inteligente con datos y conectividad (Fuente: http://www.bigdatacompanies.com/wp-content/uploads/sites/8/2013/05/Smarter-Cities.jpg)

Como decíamos al comienzo, es cierto que las TIC ayudan al humano. Pero todavía falta mucho por realizar. Las ciudades todavía están en pleno proceso de digitalización. Y con ello me refiero básicamente a la instalación de sensores capaces de recoger datos de cualquier lugar de una ciudad. Es lo que tiene este nuevo paradigma del Big Data: recojamos datos, que luego ya nos encargamos de encontrar lógica alguna o inteligencia sobre los mismos. La eventual saturación del tráfico, volúmenes de ruido o contaminación excesivos, etc. son consecuencia de disponer de esta infraestructura.

Pero, ojo, no olvidemos que llenar una ciudad de sensores no la convertirá automáticamente en inteligente. Disponer de buenos datos ya comentamos era clave. Disponer de una buena infraestructura de datos, también. Pero una vez que disponemos de las herramientas, necesitamos otros elementos para que el proyecto sea realmente útil y provechoso:

  • Liderazgo: necesitamos de políticos y representantes que se crean el valor que aportan los datos, y lo pongan en el corazón de sus políticas. No solo necesitamos que lo cuenten en los discursos, sino también que haya políticas transformadoras sobre el análisis de datos que hayan hecho.
  • Habilidades analíticas y estratégicas: y claro, para que esos líderes tomen esas decisiones, las habilidades analíticas que deban incorporar en sus equipos se tornan fundamentales. Y convertir así, esos análisis de datos en toma de decisiones estratégicas.
  • Toma de decisiones: decidir. Hay veces que incluso es bueno decidir, para poner en marcha el «prueba y error» de toda la vida.

Las ciudades, se beneficiarán de esta era de los datos. Pero necesitamos líderes, habilidades analíticas y decisiones. Estos otros elementos menos divulgados harán que esto de las ciudades inteligentes sea una realidad.