Archivo de la etiqueta: personalización

La medicina personalizada como ejemplo del Big Data para la «economía de la personalización»

Hace unos meses (el Enero pasado), hablábamos de la medicina 5P.  El cruce entre la sanidad y el Big Data, donde aparecían conceptos y ventajas como la Personalización, Predicción, Prevención, Participación y Población. En términos de la personalización, decía lo siguiente:

Personalizada: el eterno sueño de la medicina. Poder dar un tratamiento singular al diagnóstico y necesidades concretas de cada uno de los pacientes. Con el Big Data, la cantidad ingente de datos, y el contexto que describe a cada uno de los pacientes, esto es posible. Solo es cuestión de “codificar” en datos lo que hasta ahora no hemos hecho, en cuestión de aspectos clínicos como estado de ánimo, emociones, expresión del dolor, etc.

La personalización de la prestación de un servicio es algo que ha venido inexorablemente ligado a esta era del Big Data. Si lo pensamos por un momento, tiene todo el sentido del mundo. Una reciente encuesta de Infosys, decía como el 78% de los consumidores estaría dispuesto a repetir la compra con una marca si se le personalizaba la propuesta de valor. Otro informe de RightNow Customer Impact, ilustraba la idea de la personalización desde la óptica de más ventas para una marca: un 86% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más si la personalización se refería a sus necesidades.

Por lo tanto, hay margen y posibilidad de ganancia en la era de la personalización. Sin embargo, no es un proyecto fácil, por mucho que veamos muchos textos hablando de ello. Y es que hasta la fecha, nos costaba mucho personalizar los servicios por varias cuestiones:

  • No era rentable
  • El consumidor tampoco lo demandaba
  • No teníamos información para hacerlo

Pero ahora, estos tres elementos se desvanecen. Han cambiado. Las posibilidades ahora se multiplican, gracias a que con la ingente generación de datos, el reto está más relacionado con saber sacar valor de los datos que de no tener información para ello. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Solo el 20% de las acciones de marketing llevan ligadas características de personalización. Esto es solo un ejemplo de un «área», donde la personalización tiene mucho que aportar.

Y más en el campo sanitario, donde las ineficiencias, o donde la no-personalización de la aplicación de algún fármaco, puede traer importantes consecuencias. Miremos la siguiente figura: 

Ineficiencia de algunos fármacos para determinadas poblaciones de pacientes (Fuente: http://www.knowledgedriven.com/media/55013/percent_of_patient_pop_for_which_a_drug_is_ineffective_500x425.jpg)
Ineficiencia de algunos fármacos para determinadas poblaciones de pacientes (Fuente: http://www.knowledgedriven.com/media/55013/percent_of_patient_pop_for_which_a_drug_is_ineffective_500x425.jpg)

En la entrada de la Wikipedia en Español, la definición de «Medicina Personalizada«, hace referencia a varias cuestiones que me parecen bastante ilustrativas de lo que hoy queremos hablar:

  • Administración de un fármaco o conjunto de fármacos más idóneos
  • En las dosis adecuadas para cada paciente concreto
  • A la vista de su individualidad química y genética
  • Se apoya tanto en el conocimiento de la naturaleza molecular de las enfermedades como en la individualidad química que posee cada paciente

Sin embargo, la entrada de la Wikipedia en Inglés ofrece otra serie de elementos que describen de una manera más global y multidimensional el concepto de «personalización», en este caso, para la medicina:

  • Modelo médico
  • Toma de decisiones y prácticas basadas en la personalización y las características individuales de cada paciente
  • Uso sistemático de información genética del paciente

Es decir, habla más de muchos de los elementos que hemos venido citando necesarios para los proyectos de Big Data: una buena materia prima, una transformación de los modelos (de negocio u organizativos), una toma de decisiones basada en la evidencia, etc. Y son cuestiones que vemos en nuestros Programas de Big Data, no solo para la medicina, sino también en otras cuestiones (ofertas publicitarias, planes de carrera personalizados, recomendaciones de productos en tiendas online, etc.). Por eso he señalado en negrita los aspectos más relacionados con esto de la «era de la personalización«.

El estado de adopción de la Medicina Personalizada (Fuente: http://www.photonics.com/images/Web/Articles/2010/9/1/thumbnail_44349.jpg)
El estado de adopción de la Medicina Personalizada (Fuente: http://www.photonics.com/images/Web/Articles/2010/9/1/thumbnail_44349.jpg)

Y todo esto, tiene aplicación en toda la cadena de valor del sector de la salud, no solo en la prestación médica. Y tiene aplicación en otros sectores. Porque el sector sanitario en cierto modo me recuerda a cuando el sector de las telecomunicaciones o las utilities pasó de un modelo de abonado a un modelo de cliente. Una transición que se hizo realmente mal (más allá de la privatización + poca liberalización de España). Los clientes, por el trato recibido, mostraron su poca satisfacción cambiando constantemente de operador (es un sector con un CHURN muy elevado), y ve estos servicios como commodities. Y por eso, también en nuestros programas de Big Data diseñamos y desarrollamos modelos predictivos de propensión a la fuga (CHURN).

En el sector sanitario, el concepto «Consumer Driven Healthcare» hace un poco referencia a todo ello. Los ciudadanos toman un rol activo en la gestión de su salud y están dispuestos a pagar por ello. Se le da: decisión, información y control. Y, de nuevo, hablamos de poner al cliente -el paciente en este caso- en el centro del proceso.

En todo esto, y como solemos concluir muchos artículos, nunca debemos abandonar la ética. Y menos en un campo tan sensible como es el sanitario.

«Usage-based insurance»: transformación del sector asegurador con el Big Data

Una de las cuestiones que más hemos tratado en nuestros últimos eventos tiene que ver con la transformación de diferentes modelos de negocio, industrias y organizaciones sobre la base de la introducción de la «economía del dato» o «tecnologías Big Data».

Estas realidades de transformación, es un aspecto que veremos en cada vez más industrias y sectores. El informe de Accenture «El Internet de las Cosas en la estrategia de los ejecutivos Españoles«, se recoge como el 60% de la alta dirección ve mucho potencial en el Internet of Things. Esto abre una enorme oportunidad para los datos, porque la sensorización de «nuestra vida, y los objetos que nos rodean«, obviamente tiene una capacidad de generación de datos descomunal. Pero en este mismo informe se recoge como se estima que se emplea menos del 1% de la información y los datos que se generan gracias al IoT.

Uno de los sectores con mayor potencial en dicho informe es el de los vehículos personales, con la inclusión de sistemas de diagnóstico a bordo que monitorizan los patrones de conducción para poder ofrecer pólizas a medida. La «personalización de la economía» llegando a otro sector más. De hecho, según el Informe Global de Automoción, El 82% de los conductores espera beneficios de los datos que genere su vehículo.

Dentro de la industria de los seguros, hablamos de las pólizas de vehículos, dada la transformación que está viviendo en los últimos años. Comencemos por EEUU, donde las cosas suelen ir más rápido que por otras latitudes y longitudes. Compañías como Allstate con su programa «Drivewise», State Farm con «Drive Safe and Save» y Progressive con «Snapshot», ofrecen ahora a sus clientes un esquema de relación basada en: yo monitorizo cómo conduces, y si te comportas bien acorde a unos parámetros conocidos, pagarás menos. Es lo que se ha venido a llamar «Usage-based insurance«. Como ya pagamos por el consumo que hacemos de electricidad (bueno, más o menos) o por la gasolina, pues eso mismo, pero en el sector asegurador. Una tendencia que cada vez veremos en más sectores.

El Big Data lo que introduce es la reducción de costes que habitualmente se generan por la asimetría de información. Como yo no sé si te vas a portar bien, por si las moscas, te cobro una póliza mayor. Para ello, las compañías aseguradoras te instalan un GPS que monitorizan patrones de conducción. Estos datos, que tú consientes ceder a la compañía, son, con una granularidad/frecuencia de muestro de entre 1 y 5 segundos:

  • Ubicación: latitud y longitud por donde te vas desplazando.
  • Grado de aceleración/desaceleración: km/h ganados o perdidos, y su comparación en términos de segundos para saber la brusquedad
  • Vector de giro: fuerzas G, que mide en cierto modo la fuerza del giro y su grado de cambio para detectar brusquedad, agresividad, etc.
  • Hora y día: sello de tiempo, para saber sobre qué horas y días te desplazads

Con estos datos (que seguramente tengan más), podemos saber, para un conductor dado:

  • Cómo de brusco conduce: aceleración/desaceleración (el acelerómetro que incorpora lo permite)
  • Cómo gira: fuerzas G de giro para saber su agresividad en las mismas
  • Lugares por los que ha pasado: ¿lugares seguros? ¿carreteras principales o secundarias? etc.
  • Carreteras que más frecuentemente emplea (ya sabemos que las secundarias tienen una tasa de siniestralidad superior)
  • Horas y días de más frecuencia de conducción, para saber si conduce en «rush hours» u «horas pico» (por ejemplo, ya sabemos que a las noches, y en carreteras secundarias, el índice de mortalidad y riesgo es también mayor)
  • Velocidad y estadísticos básicos: media, moda, mediana, máxima, mínima (y poder sacar así patrones)
  • Respeto a las señales de circulación: dado que sabemos por dónde se ha movido, y tenemos datos cartográficos con las limitaciones de velocidad integradas, podemos sacar un «score de buena conducta«, incluso con «grados de cumplimiento» para saber si respeta las normas de circulación.
  • etc.

Según he podido entender,  basan su modelo analítico de scoring en estos datos, de manera que obtienen un «score de conductor«. Un poco en la línea de lo que es disponer de un «score crediticio» (como ya hablamos aquí). Este score permite que con una fórmula de ahorro, podamos decirle a cada conductor cuánto le vamos a cobrar dado su riesgo de conducción. Este modelo de «Pay How You Drive» (PHYD) abre muchas nuevas puertas y seguro vemos recorrido en todo ello próximamente.

Score de conducción (Fuente: https://i.ytimg.com/vi/gj-RO5FE5q4/maxresdefault.jpg)
Score de conducción (Fuente: https://i.ytimg.com/vi/gj-RO5FE5q4/maxresdefault.jpg)

Obviamente en todo esto, no podemos dejar de lado el trade-off entre «Ahorro» vs. «Privacidad». ¿Qué riesgos pueden existir? Que se sepa dónde estemos en todo momento (y el consiguiendo y manido «Gran Hermano»), la «Third-party doctrine» (si cedo los datos a un tecero, no puedo luego reclamarlos de vuelta) y que esto de la información despersonalizada es un mito. Ahora bien, veo «ahorros» no solo individuales, sino globales:

  • Cuando una persona se autodiagnostica, gana en conciencia, por lo que es más probable que cambie de comportamiento. En este punto, y con el objetivo de hacer algún contraste, sería interesante ir perdiendo endogamía en la muestra (actualmente todos los conductores que en EEUU están contratando estos seguros son precisamente los que ya mejor conducían…). Aunque también es cierto que si se acaban metiendo todos «los buenos», los que se quedarían fuera, ¿entiendo reaccionarían? Muy interesante esta línea desde el punto de vista sociológico.
  • Si el «score de conducción» fuese elevado a «Dato público de interés general», podríamos mejorar mucho el sector. Si las compañías aseguradores debieran pasarse ese dato a través de un «Registro Central del Estado«, mucho mejoraría. Como ya funciona para evitar el fraude, por ejemplo. De hecho, entiendo, el primer interesado en esto sería el Ministerio del Interior.
  • Hacer coches y carreteras más seguras, dado que sabríamos cómo se comportan, en agregado los conductores que pasen por determinados puntos. Esto, seguro que a la Dirección General de Tráfico le puede interesar.
  • Se podría llegar a acuerdos con comercios habitualmente relacionados con el vehículo (estaciones de repostaje, compra de productos en tiendas, grandes centros comerciales a los que habitualmente nos desplazamos en vehículos, estaciones de radio, etc.) para ofrecer descuentos a comercios asociados o los que quieran asociar su branding a determinados patrones de conducción.
  • etc.

Hay factores de riesgo al volante que dejamos de lado (micrófonos para el ruido, cámaras para la mirada, copiloto -según un estudio de la Fundación Línea Directa la mujer al volante y el hombre como acompañante es la fórmula de menor riesgo-, etc.), pero quizás veamos pronto todo esto integrado también. Haciendo un rápido Googling para España, he dado con Next Seguros, compañía aseguradora que basa su modelo de negocio en mucho de lo que aquí hemos explicado. En Rastreator salen también algunas otras genéricas que también ofrecen estas posibilidades.

Por último, nunca olvidar del plano legal y la importancia del «Compliance Officer» y garantizarnos que todo esto es posible (a sabiendas que EEUU no es España/Europa, y que la nueva Directiva de Protección de Datos está a la vuelta de la esquina).

Ya ven que esto del «Usage-based insurance» abre muchas cuestiones a reflexionar y transforma muchos elementos de un sector (modelo de negocio, tarificación, plano legal, etc.). Una más, entre las industrias, que el Big Data está dotando de nuevas capacidades.