(Artículo escrito por Izaskun Larrea, antigua alumna de la promoción de 2016/17 en el Programa en Big Data y Business Intelligence en Bilbao)
En los últimos años, se ha escrito mucho sobre Big Data y su potencial para revolucionar la forma en que operan las empresas y los servicios públicos. La visión se está convirtiendo rápidamente en realidad, podemos tener redes de sensores conectados que recopilan datos de fábricas, vehículos, hospitales, hogares, tiendas y cadenas de suministro en todo el mundo. Se dice que es la tecnología que permitirá todo, desde las ciudades inteligentes que pueden, por ejemplo, optimizar el flujo de tráfico, el uso de energía y la señalización, hasta predecir un terremoto.
En este artículo exploramos cuál será el impacto continuo del Big Data en la seguridad alimentaria. En particular, examinamos el conocimiento aceptado de que el Big Data, con su capacidad de monitorear y controlar los sistemas de forma remota, nos ayudará a avanzar para garantizar la seguridad alimentaria.
Algo tan complejo como las cadenas mundiales de suministro de alimentos, va a requerir una visión coordinada y colaborativa que no deje piedra sin remover, con cada componente haciendo su parte.
Trazabilidad de la cadena alimentaria
Actualmente, el Big Data se usa con mayor frecuencia en la industria alimentaria para rastrear el estado de los productos a través de la producción, el procesamiento y la cadena de suministro. En el nivel más básico, las empresas han estado utilizando códigos de barras y etiquetas RFID durante más de 20 años para rastrear productos alimenticios desde sus puntos de origen hasta plantas de procesamiento, transporte, almacenamiento, puntos de distribución y minoristas de alimentos .
En años más recientes, también hemos visto el desarrollo de sensores más sofisticados que pueden monitorear los factores de seguridad hasta un nivel de detalle fino durante el procesamiento de alimentos y la logística. Ahora es relativamente común que las empresas instalen redes de sensores que midan las partículas de polvo de los alimentos, la temperatura o la humedad en plantas de fabricación de alimentos y contenedores de transporte.
Estamos viendo esfuerzos más avanzados, como el proyecto MUSE-Tech financiado recientemente por la UE (espectroscopía fotoacústica, espectroscopía de UV-Vis Cuasi Imaging y detección de temperatura distribuida) para mejorar la manera en que los fabricantes manejan los materiales en bruto y en el proceso.
El proyecto desarrolló un dispositivo multisensor que puede reaccionar en tiempo real las variaciones en las materias primas y las condiciones de procesamiento para optimizar la calidad y la seguridad de los alimentos procesados. Una línea del proyecto se ha centrado en reducir el riesgo de desarrollar acrilamida, un compuesto tóxico en alimentos con almidón, como las papas fritas durante la cocción, al especificar nuevas pautas para el tiempo y la temperatura de fritura.
Combinados, los beneficios de estos enfoques son muchos. Por un lado, ayudan a las empresas alimentarias a cumplir la legislación alimentaria. Esto específicamente establece disposiciones para mejorar las prácticas de seguridad alimentaria y una mayor responsabilidad a través de la rastreabilidad.
La monitorización integral de los de los alimentos, permite que varias partes involucradas en las redes de suministro, las empresas de logística y los minoristas identifiquen rápidamente los puntos de origen y distribución. Anteriormente, estas investigaciones podrían haber llevado semanas o meses.
Sin embargo, aunque toda esta capacidad es buena para una seguridad alimentaria eficiente e identifica los problemas más rápidamente, solo nos lleva tan lejos hacia las verdaderas posibilidades que se ofrecen. Para eso, necesitamos agregar Big Data a la mezcla.
Avances en el análisis de Big Data
A medida que Internet of Things se desarrolla en sofistificación y escala, se están produciendo grandes cantidades de datos que antes no estaban disponibles. ¿Cómo podemos utilizar toda esta información para mejorar la forma en que trabajamos?
Este es el trabajo de Big Data Analytics, el campo del Big Data que progresa rápidamente y que puede usarse para extraer conjuntos de datos excepcionalmente grandes y descubrir patrones ocultos, correlaciones desconocidas, puntos de falla, tendencias del mercado, preferencias del cliente y todo tipo de información comercial útil.
En la industria alimentaria, los conjuntos de datos se están incrementando por la gran cantidad de datos generados por las redes de sensores de monitoreo que ya hemos descrito.
Sin embargo, esto es solo el comienzo. Lo que es realmente interesante es el potencial de encontrar nuevas correlaciones mediante el análisis de los datos de seguridad alimentaria junto con los datos de sensores de otras fuentes científicas y ambientales. Esto creará la posibilidad de ofrecer avances aún más profundos.
Un ejemplo de cómo esto puede funcionar es una colaboración actual entre Mars e IBM, que se centra en la secuenciación del ADN y el ARN de las bacterias que se producen dentro de los alimentos en las cadenas de suministro mundiales. El objetivo del proyecto es crear un índice genético de las bacterias normales que se producen en los alimentos.
Esto ayudará a determinar más fácilmente las anomalías en las muestras de alimentos que muestran la presencia de bacterias dañinas. Proporcionará una mejor comprensión de las causas de la contaminación y la propagación de enfermedades transmitidas por los alimentos.