A sus 92 años, y tras haber sobrevivido a un genocidio que acabó con la vida de millones de personas, el historiador Marian Turski sigue trabajando por preservar la memoria de las víctimas del Holocausto. Uno de los episodios más terribles de la Historia de la humanidad, cuyo sufrimiento y muerte “hay que recordar para que no se vuelva a repetir».
Tras la invasión alemana de Polonia en 1939, Marian Turski, sus padres y su hermano menor fueron forzados a trasladarse al gueto de Lodz, y posteriormente deportados al centro de exterminio de Auschwitz, donde su padre y hermano fueron asesinados. Tiempo después, Marian fue transferido al campo de Buchenwald y finalmente liberado en Theresienstadt después de una marcha de la muerte.
¿Cómo pudo llegar a existir un lugar así y cuáles fueron sus terribles consecuencias? Coincidiendo con el 75º aniversario del levantamiento en el gueto de Varsovia, Marian Turski, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Museo Auschwitz, del Consejo de la asociación que supervisa el Centro de Conferencias de Wannsee y uno de los ideadores y fundadores del Museo de la Historia de los Judíos Polacos POLIN, compartió en DeustoForum sus reflexiones sobre la persecución, la resistencia y la lucha por la supervivencia, la muerte en los campos de concentración, el relato y el deber de recordar a tantas víctimas.
Su conferencia titulada «¿Por qué tan tarde? El sentido de la resistencia judía» tuvo lugar el 26 de junio en la Universidad de Deusto.
Estremecedor.