Como indicabamos hace ya casi un mes en el post de presentación de este ciclo, Euskadi intenta desde hace años acercarse hacia una convivencia superadora de la violencia terrorista.
A los encuentros restaurativos en terrorismo, que pudimos analizar en mayor profundidad el pasado 1 de octubre, se suman otras experiencias promovidas que, al igual que la anterior, están dejando patente que existen vías ética y civícamente sólidas hacia una paz integradora.
En la experiencia de Glencree, que expondremos el próximo 7 de noviembre (muy pronto confirmaremos hora y lugar), el diálogo se produce entre víctimas de la violencia de intencionalidad política en el País Vasco, causadas por terrorismo de diferente signo (ETA, GAL, BVE) o por vulneraciones de derechos humanos por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Una convivencia que ha permitido reconocer al otro como víctima, a pesar de las discrepancias que puedan existir, como lo corrobora el texto de la presentación pública de la iniciativa, que podéis leer a continuación.